El equipo de Gallardo sumó tres puntos claves en el Monumental después de sufrir más de la cuenta en los minutos finales.
El arquero, Franco Armani, fue el único aplaudido y ovacionado en el Monumental. Su gran rendimiento y performance fueron clave en la victoria trabajada y sufrida contra Lanús, un partido que incluso pudo haber perdido.
A pesar de que Marcelo Gallardo había solicitado más «fiereza» y fluidez en el ataque, el equipo volvió a mostrar carencias, con un juego dependiente de acciones individuales o pelotazos. Queda por ver si esta nueva estructura en el mediocampo se mantendrá, pero el desempeño colectivo fue cuestionado. El hecho de que Gallardo haya cambiado a todos, excepto a Galoppo, refleja la situación: los sustitutos, con la excepción de algunas buenas jugadas de Simón, tampoco marcaron la diferencia.
Con Acuña aún irregular físicamente y una pareja de centrales que tuvo altibajos, River se sostuvo gracias a las tres intervenciones clave de Armani, el oportunismo de Borja para marcar, y la jerarquía de Montiel, quien constantemente impulsó por la derecha y se mostró como opción. Aunque el equipo tiene espacio para mejorar, el tiempo apremia y los hinchas, en algunos momentos, expresaron su descontento.
Queda por ver si las soluciones para Gallardo, en su búsqueda de un equipo con más dinamismo y que logre individualidades destacadas se concretarán en los próximos días en Venezuela. La titularidad de Lencina podría ser una pista de que Mastantuono y Subiabre también tendrán su oportunidad. Mientras tanto, las respuestas siguen viniendo de Armani, quien mantiene a River en lo más alto, pero sin el juego deseado.





