River cayó ante Sarmiento en un partido donde el equipo nunca logró mostrar su mejor versión. A lo largo del encuentro, Gallardo tomó una serie de decisiones tácticas y de cambios que, lejos de mejorar el rendimiento, terminaron por desordenar aún más al equipo.
River volvió a vivir una noche para el olvido al caer frente a Sarmiento en el Monumental, resultado que complica su clasificación a la Copa Libertadores 2026. El equipo, lejos de levantar cabeza, mostró nuevamente un nivel bajo y una preocupante falta de solidez. Marcelo Gallardo, señalado por parte de la hinchada, quedó en el centro de las críticas por una serie de decisiones tácticas que no dieron resultado y que contribuyeron al mal desempeño colectivo.
Desde el arranque, las decisiones del entrenador generaron sorpresa. Optó por no incluir a un volante central natural y ubicó a Thiago Acosta, habitual enganche de la Reserva, junto a Nacho Fernández en el mediocampo. Si bien River dominó por momentos, su juego fue desordenado y dejó espacios que Sarmiento aprovechó para marcar el gol del triunfo. Los cambios en el segundo tiempo tampoco ayudaron: la salida de Santiago Lencina, uno de los mejores del partido, desorganizó aún más al equipo, y las variantes posteriores solo profundizaron el desconcierto táctico.
El clima en el estadio se volvió tenso. Los hinchas expresaron su descontento con silbidos y cánticos de reproche, evidenciando el enojo generalizado por el mal momento futbolístico. En un ambiente cargado de frustración, River no solo perdió un partido clave, sino también la confianza de su gente, que exige una reacción inmediata para revertir la crisis.





