El dirigente de 36 años asumió este lunes como el 26° presidente en la historia del Millonario, marcando así el inicio de una nueva etapa institucional. Durante su discurso de asunción, dedicó varios minutos a reflexionar sobre el presente futbolístico del club.
Stefano Di Carlo asumió oficialmente este lunes como el 26° presidente en la historia de River Plate, durante una ceremonia en el estadio Monumental donde recibió el mando de Jorge Brito. El dirigente, de 36 años, brindó su primer discurso al frente del club, centrado principalmente en la situación deportiva actual. Reconoció que el presente futbolístico no representa la identidad de River, pero destacó que es parte de un proceso más amplio basado en un proyecto y un plan de trabajo a largo plazo.
En sus palabras, Di Carlo llamó a mantener la calma y la unidad para superar este momento, remarcando que la fortaleza institucional del club se basa en la armonía entre jugadores, dirigentes y cuerpo técnico. “De estos momentos se sale adelante teniendo claro el norte y los desafíos que River tiene”, expresó, confiado en que el compromiso colectivo permitirá recuperar la senda del éxito. También aprovechó la ocasión para destacar el papel social y deportivo del club, resaltando su aporte educativo y su histórica colaboración con la Selección Argentina, como la institución con mayor número de convocados a la Albiceleste.
El acto contó con la presencia de reconocidas figuras del mundo River y del fútbol argentino, entre ellos Ubaldo Fillol, Reinaldo Merlo, Oscar Ruggeri y David Trezeguet, además de los expresidentes Jorge Brito, Rodolfo D’Onofrio y Hugo Santilli. También asistieron Claudio Tapia, presidente de la AFA, y su tesorero Pablo Toviggino. Di Carlo llegó al cargo tras imponerse en las elecciones del sábado, que registraron una participación récord de 25.890 socios. Obtuvo el 61,77% de los votos, seguido por Carlos Trillo y otros candidatos. De acuerdo con la reforma estatutaria de 2023, su mandato será de cuatro años sin posibilidad de reelección, siguiendo así el legado familiar de su abuelo Osvaldo Di Carlo, quien también presidió el club en 1989.





