El 0-0 frente a Vélez deja al equipo en una encrucijada: sumar está bien, pero no alcanza para una institución acostumbrada a ganar.
En un encuentro con poca luz ofensiva, River no logró romper el cerrojo defensivo de Vélez, lo que generó un clima de insatisfacción en la delegación millonaria. El empate mantiene su lugar en la tabla, pero no calma las críticas por la falta de contundencia.
Gallardo se enfrenta a un dilema: mantener la base que lo llevó hasta aquí o introducir variantes para recuperar eficacia ante los próximos rivales. El clásico “qué cambiar” vuelve a estar sobre la mesa.
Con el inicio de la fase de eliminación directa cada vez más cerca, el equipo deberá demostrar que está capacitado para transitarla con ambición. Esta imagen regular no es suficiente para los objetivos que se fijaron en Núñez.





